El pH es una de las mediciones más comunes de laboratorio porque muchos procesos químicos dependen del pH.
Con frecuencia, la velocidad o el ritmo de las reacciones quimicas pueden ser alterados significativamente por el pH de la solución.
La solubilidad de muchos agentes químicos en solución y su disponibiiidad biológica dependen del pH.
Usualmente la química fisiológica de los organismos vivos tiene límites muy específicos de pH. En nuestras vidas modernas, prácticamente se ha probado en algún momento el pH de todo lo que usamos, es decir, en algún punto se efectúa una medición del pH del agua del grifo con la que nos cepillamos los dientes, el papel sobre el que escribimos, los alimentos que comemos o las medicinas que tomamos, por citar los ejemplos más evidentes.