El carbono es un elemento crucial para la existencia de los organismos vivos, y que tiene muchas aplicaciones industriales importantes.
Tiene la capacidad única de enlazarse con otros átomos de carbono para formar compuestos en cadena y cíclicos muy complejos. Esta propiedad conduce a un número casi infinito de compuestos de carbono, siendo los más comunes los que contienen carbono e hidrógeno.
Sus primeros compuestos fueron identificados a principios del siglo XIX en la materia viva, y debido a eso, el estudio de los compuestos de carbono se denominó química "orgánica".
El carbono es un elemento ampliamente distribuído en la naturaleza, aunque sólo constituye un 0,025% de la corteza terrestre, donde existe principalmente en forma de carbonatos.
El dióxido de carbono es un componente importante de la atmósfera y la principal fuente de carbono que se incorpora a la materia viva. Por medio de la fotosíntesis, los vegetales convierten el dióxido de carbono en compuestos orgánicos de carbono, que posteriormente son consumidos por otros organismos.
Los isótopos carbono 13 y carbono 14 se usan como trazadores en la investigación bioquímica.
Es una sustancia que se encuentra en estado sólido y que, a muy altas temperaturas, se convierte en vapor sin pasar por el estado líquido. Está presente en todas las sustancias orgánicas y es fijado por las plantas por el mecanismo de la fotosíntesis.