Debe darse un valor al agua dulce que refleje su condición de recurso escaso, en lugar de tratarla como un recurso gratuito o casi gratuito.
Las políticas apropiadas de establecimiento de precios pueden estimular un comportamiento ecológicamente responsable en el uso del agua y asegurar un abastecimiento adecuado del agua. Para lograr esto, el agua debe valorarse de forma apropiada de acuerdo a sus diferentes usos.
La introducción de mercados del agua y mecanismos de establecimiento de precios puede tener un efecto inmediato y duradero en el uso del agua.