Un pantano.
En eso podría llegar a convertirse la laguna de Aculeo.
Así lo temen, al menos, los vecinos del acuífero de 12 km {+2} , ubicado a sólo 70 kilómetros al sur de Santiago y que es destino habitual de quienes gustan de los deportes acuáticos (como el kayak, navegación a vela o el esquí acuático) o visitan cada verano las áreas de camping, pesca y paseos a caballo.
Es que Aculeo está sufriendo una persistente baja del nivel de sus aguas a lo largo del tiempo. Según datos de la Dirección General de Aguas, en los últimos cinco años el nivel promedio de la laguna se ha mantenido en 7,5 metros. En septiembre llegó a 7,4 metros y para marzo se espera que el nivel esté en torno a los 6,5 metros. Según el municipio de Paine, en la última década los niveles habían superado los 10 metros, por lo que la actual situación les preocupa aún más.
La principal razón es que la laguna se nutre principalmente de aguas lluvia, especialmente escasas este año. También ha influido el hecho de que tiene muy pocos afluentes. Los más importantes son sólo dos: el estero Las Cabras y Santa Marta (también llamado Pintué).
El abogado Alejandro Vivanco posee un terreno a orillas de la laguna desde hace dos décadas. Actualmente forma parte de una agrupación de propietarios llamada "Ecoaculeo", que busca alertar sobre los problemas del sector. Asegura que la escasez de precipitaciones ha hecho que "el agua esté unos dos metros más baja de lo normal para esta época".
El desarrollo inmobiliario es otro factor que atenta contra Aculeo. La tala de árboles ha disminuido la regulación de la temperatura del entorno, aumentando la indeseada evaporación de las aguas.
Según Vivanco, incluso hay propietarios ribereños que han ampliado su terreno a costa del lago, aprovechando la poca agua e incluso rellenando el suelo para construir encima.