El alma de la antigua calle Valparaiso

16/01/2013
El historiador del arte y gerente de la Corporación Cultural de Viña del Mar Jorge Salomó Flores acaba de lanzar "Calle Valparaíso. Siete cuadras de historia", un completo testimonio escrito y visual de esta arteria.  

Maureen Lennon Zaninovic 

Desde Cerro Castillo a la Plaza Vergara. Todo un recorrido teñido de recuerdos y sabrosas anécdotas que recoge -en un pormenorizado testimonio escrito y visual- Jorge Salomó Flores, historiador del arte, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez y gerente de la Corporación Cultural de Viña del Mar, en su reciente publicación. "Calle Valparaíso. Siete cuadras de historia" (Ediciones Universidad de Valparaíso) fue presentada este viernes, en la Feria del Libro de Viña del Mar.
Autor, entre otros volúmenes, de "La Belle Epoque viñamarina a través de las caricaturas de Mundo", Salomó cubre un espacio temporal de cien años y pone especial énfasis en dos hitos fundamentales: la pavimentación de esta arteria en 1913 y el cierre del tradicional local del café Samoiedo, en junio de 2011.
"La calle Valparaíso, por largos años, fue una vía de encuentro, donde las formas de sociabilidad no sólo eran intensas, progresivas y constantes, sino que eran parte de una identidad asumida por todos los habitantes", señala en el prólogo Luis Bork Vega, presidente de la Corporación Cultural de Viña del Mar.
Un diagnóstico que Jorge Salomó comparte plenamente. "Acá se formaron parejas, los jóvenes cruzaban sus miradas y organizaban los bailes y las salidas nocturnas al Topsy o a la Virreina. Padres e hijos se reunían en este espacio que, con el tiempo, fue configurando una identidad propia como un punto aglutinador fundamental de Viña".
Archivos familiares
Salomó confiesa que la investigación fue apasionante. "Me encontré con más de doscientas familias viñamarinas con historias fuertemente enraizadas en esta calle. ¡Fueron casi dos años de entrevistas! Las familias Flaño, Comas, Prida, Aste, Bengoa, León, entre tantas otras, me abrieron sus archivos más íntimos".
Destaca el papel que tuvieron los inmigrantes italianos en la historia de la calle Valparaíso. "El historiador Emilio Toro encontró más de 150 emporios en Valparaíso, los que hacia fines del siglo XIX se trasladan a Viña del Mar, porque se trataba de una ciudad emergente y con mejores perspectivas laborales". Muchos de los inmigrantes italianos eran genoveses, quienes terminaron radicándose en la Ciudad Jardín, "porque proyectaron en ella muchas de las características de su tierra natal", dice Salomó.
Así fueron recalando en la calle Valparaíso los Bozzo, Cruciani, Mastrantonio, Noziglia, Viale y Samoiedo, entre tantos otros. El libro dedica un buen espacio a estos clanes y sus comerciantes más destacados, como el genovés Dino Samoiedo Trabaucco (1907-2003), impulsor de una de las fábricas y almacenes de pastas más recordadas de la ciudad: "El gastronómico".
Los hermanos Héctor, Romeo y Dino Samoiedo se instalaron en esta calle a comienzos de la década del 40, adquiriendo propiedades importantes. Hoy sigue en pie el edificio familiar, en la esquina de Valparaíso con Echevers.
Y justamente gracias al empuje de los hermanos Dino y Romeo, a comienzos de la década del 50 se abrió el café Samoiedo, que luego sería adquirido por los comerciantes Juan Aste, Gino Foppiano y los hermanos Antonio y Armando Canessa, quienes en 1957 traspasaron la sociedad al argentino Juan Aste Sturla.
"Con las vivencias juveniles en los cafés bonaerenses de Florida y otras calles céntricas de la ciudad trasandina, don Juan Aste incorporó productos que dieron un sello exclusivo al Samoiedo. Las medialunas en mil hoja con manzana y los croissant de queso y jamón caliente cautivaron el gusto local", escribe Jorge Salomó.
Casta y pecadora
También se consigna la creación de Bozzo Hermanos, en 1911. Bajo el impulso de Juan y Bartolomé Bozzo, este local se especializó en las porcelanas de Limoges, loza inglesa y quincallería. "La familia consolidó en Chile la marca de chocolates Bozzo, cuyo prestigio y calidad persisten en el mercado hasta la actualidad", señala el autor. En síntesis, son muchos los lugares que hoy conforman la memoria de esta calle, como la heladería "La Triestina" -impulsada por Juan Borsic, hijo de un heladero croata-, la Sastrería Inglesa, la Farmacia
Fuente: http://aguamarket.blogspot.com/2013/01/el-alma-de-la-antigua-calle-valparaiso.html

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