hay mas evidencia del vinculo entre cambio climatico y eventos extremos

06/08/2013
Las inundaciones de 2012 en Bangladesh dejaron 5 millones de afectados; las de junio pasado en el norte de India causaron más de mil muertos. En 2012 el huracán "Sandy" causó 48 muertes, apagones de varios días y un centenar de incendios en Nueva York, mientras que la ola de calor que azotó al hemisferio norte en el verano de 2010 causó que en una semana murieran, en promedio, 330 personas por día en Rusia, y que Moscú se cubriera de humo por seis días debido a los incendios forestales desencadenados por las altas temperaturas. Los ejemplos, que podrían seguir enumerándose y seguirán ocurriendo, no son fruto de la casualidad ni la mala suerte. "En los últimos dos años una serie de publicaciones han establecido con mucha claridad la relación entre el cambio climático y los fenómenos climáticos extremos, algo que hasta hace algunos años muchos científicos no se atrevían a avalar por falta de estadísticas", afirma Mario Molina, premio Nobel de Química (1995) por su descubrimiento de la relación entre emisión de clorofluorocarbonos y la destrucción de la capa de ozono. Precio a las emisiones El experto mexicano, que estuvo en Chile participando en un seminario internacional sobre transporte limpio, indica que la probabilidad de una ola de calor extremo se ha incrementado 40 veces en los últimos 50 años; las inundaciones entre 1950 y 2009 aumentaron entre 25 y 80 veces en los distintos continentes "y estamos viendo un aumento en la intensidad de los huracanes, que dependen en forma muy sensible del alza en la temperatura de la superficie del océano". La quema de combustibles fósiles, con la consecuente generación de gases de efecto invernadero (GEI) y la creciente deforestación del planeta son los principales factores que están afectando el clima y generando un alza en la temperatura global, agrega. Frenar esta situación depende de un acuerdo internacional vinculante en que los países se comprometan a cumplir estrictas cuotas de reducción de sus emisiones. "La medida más sensata a nivel global sería un acuerdo que ponga precio a las emisiones de GEI. Los recursos que se generen pueden destinarse a beneficios para la población, como sistemas de transporte limpios o viviendas con mayor eficiencia energética". Por ahora, el mayor cuello de botella para llegar a ese acuerdo es EE.UU., el país que más GEI ha aportado a la atmósfera. Sin embargo, Molina es optimista. "El Presidente Obama ha mostrado su disposición a avanzar en este tema y China también está dispuesta a participar en un acuerdo, a lo que se suma la presión de todo el planeta debido a los cambios climáticos extremos. Esto hace pensar que en menos de una década habrá un acuerdo internacional muy explícito y serio para reducir emisiones". Si bien es muy difícil que se logre limitar el incremento de la temperatura de 2 °C hacia fin de siglo, "por lo menos sí se va a lograr que no suba más de 2,5 °C a 3 °C", asevera. La baja en el precio de energías renovables, como la eólica y la solar, y el desarrollo de tecnologías eficientes y de baja emisión son pasos en los que ya se ha avanzado. "Avanzar hacia una economía baja en emisiones es costo-efectivo. Hoy optar por alternativas energéticas eficientes no es mucho más caro que seguir con los combustibles fósiles, pero el costo es mucho menor si se consideran los daños que estos causan a la salud de las personas y al equilibro ecológico del planeta", concluye Molina. ______ Chile en la ruta de la mitigación Pese a que Chile aporta solo el 0,2% de los gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial, es uno de los países en desarrollo que en 2009 comunicó en Copenhague su compromiso voluntario de reducir en 20% sus emisiones a 2020. Posteriormente se estableció que la línea base será el total de GEI generados en 2007. El desafío no es menor, considerando que entre 1990 y 2006 el país aumentó sus emisiones en 232%. Para eso, a nivel interministerial se implementó el proyecto MAPS-Chile (Mitigation Action Plans and Scenarios), mediante el cual se establecieron, en forma retroactiva, las emisiones de 2007 y se están identificando formas de mitigar la producción de GEI en los sectores que más emiten: generación eléctrica, transporte y urbanismo, minería, forestal, agropecuario, residuos y el ámbito comercial, público y residencial.
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