09/09/2013
Las especies fueron envenenadas por amoníaco lanzado por una planta química.
Primero fueron 16 mil cerdos lanzados al río Huangpu, la principal fuente de agua potable de Shanghai, en marzo pasado. Y ahora, nada menos que 180 toneladas de peces muertos por amoníaco en un río en Wuhan, en el centro de China, que flotan ante el asombro y la indignación de la población local.
Según informaron funcionarios ambientales y medios estatales chinos, las autoridades han recogido 110 toneladas de peces en el río Fuhe, sobre una extensión de 40 kilómetros. “Los peces muertos cubrían todo el río y parecían copos de nieve”, dijo la secretaria del Partido Comunista de la aldea, Wang Sanqing, citada por The Associated Press.
El envenenamiento se produjo por el exceso de amoníaco lanzado por la empresa Hubei Shuanghuan Science and Technology Stock Co., que no ha querido emitir declaraciones.
El Departamento de Protección Medioambiental de Hubei ordenó la suspensión de las operaciones de la planta y exigió que se implanten dispositivos adecuados para el control de la contaminación en sus instalaciones.
El caso, según consignó la agencia EFE, ha afectado a toda la comarca de Huanghualao, en el distrito de Huangpi, en Wuhan, atravesada por el río y en el que más de dos mil pobladores viven de la pesca.
La contaminación en China no es ni mucho menos exclusiva de la provincia de Hubei. En julio, la justicia china condenó a prisión a 13 personas (empresarios de compañías energéticas e inspectores de medioambiente) por la contaminación por metales pesados de un río en la ciudad de Liuzhou, fuente de agua potable para 1,5 millones de personas.
Lousie Watt, corresponsal de la agencia The Associated Press en Beijing, sostiene: “El inadecuado control de la industria y la débil aplicación de los estándares existentes han empeorado el problema de la contaminación en China, que tiene su origen en tres décadas de un voluminoso crecimiento económico”. Además, Watt explica que restos de animales son arrojados al agua por el personal de granjas.
De acuerdo con el Ministerio de Protección Medioambiental, la contaminación ambiental provocó en China pérdidas económicas por US$ 176 mil millones en 2010, equivalentes al 2,5 % del PIB. El “gigante asiático” es responsable del 25% del dióxido de carbono generado por el ser humano.
Este año, Beijing ha sufrido su peor temporada de contaminación. En enero, la concentración de partículas que pueden llegar a infiltrarse en los pulmones o en el flujo sanguíneo de los ciudadanos alcanzó los 993 microgramos por metro cúbico de aire. Es decir, 40 veces más de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera aceptable.
Por ello, el gobierno de Xi Jinping anunció el retiro de circulación de vehículos gubernamentales, para disminuir un 30% su uso. También pretende reemplazar 44 mil calefactores a base de carbón por otros más ecológicos.
Fuente: la tercera