Urge innovar en transferencia tecnológica de riego

22/07/2014
Los especialistas sostienen que es clave invertir en tecnologías que permitan hacer un uso más eficiente del recurso hídrico, aun cuando éste escasea, pero, para que la inversión sea eficiente, es clave que también se capacite al productor.

Chile, como país agrícola, requiere optimizar el uso del recurso, si quiere seguir produciendo alimentos y, más aún haciéndolo de forma competitiva, especialmente porque el recurso escasea más que en otros. La sequía que en los últimos años ha golpeado a distintas regiones del país -y del mundo- ha dado al tema fuerza. Afortunadamente, los pronósticos meteorológicos abren esperanzas de lluvias para el segundo semestre, con un fenómeno de El Niño que traería para junio, julio y agosto “el invierno más lluvioso en los últimos 17 años”, de acuerdo con algunos especialistas.

Si efectivamente el invierno se comporta según las predicciones, tendremos un respiro hídrico y una oportunidad para aprovechar de tomar medidas para que, cuando vuelvan los tiempos secos, se esté en condiciones de aprovechar mejor la poca agua que exista y, así, no mantener o, al menos, no perder cosechas y competitividad.

A nivel estatal, el tema no es nuevo. En los últimos gobiernos se viene afinando un plan de inversión de embalses y buscando alternativas para optimizar los sistemas de riego existentes. Asimismo, hace un par de meses se nombró a Reinaldo Ruiz, como Delegado Presidencial para los Recursos Hídricos, quien ya comenzó a definir el plan de trabajo que entregará en los primeros días de junio a la Presidenta Bachelet. De hecho, fuentes vinculadas a la cartera de Agricultura señalan que Ruiz ya tiene una propuesta de medidas regionales de corto, mediano y largo plazo, que considera revestimiento de canales, mejoras de los sistemas de conducción de agua, además de la construcción de nuevos tranques.

Paralelamente, el Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego (CNR) , Patricio Grez, y el coordinador nacional del Programa de Frutales del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Gabriel Sellés, acordaron una propuesta común que tendrá una visión preferencial hacia la pequeña agricultura. La idea es establecer una relación de carácter interinstitucional para el desarrollo del riego en áreas agrícolas, sobre todo lo relacionado con el aumento de la productividad hídrica.

El desafío es cómo, independiente del tamaño, se aprovechará el buen momento hídrico que se pronostica, para invertir para los tiempos de escasez.

Capacitación y expertos

El doctor Samuel Ortega Farías, director del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología de la Universidad de Talca (CITRA), enfatiza que es prioritario que se trabaje mejor en la forma en que se capacita los productores.

“En el 2000 y 2005 se hicieron inversiones para pequeños agricultores. Se instalaron sistemas de riego, pero no se les capacitó y al cabo de unos dos años esos equipos no se estaban usando. Y lo más desastroso fue que más del 95% quedaron ahí, no se usaron y se tiraron a la basura”, acota.
Agrega que la capacitación que se ha hecho en riego no es la correcta.
“Tenemos que innovar en la transferencia tecnológica, no podemos seguir como hasta ahora… en resumidas cuentas, no basta con una reunión o charla y después se los deje solos haciendo lo que hacen siempre. El agricultor tiene que aprender haciendo. Hay que trabajar con él hasta que nos aseguremos que aprendió la técnica, con mayor acompañamiento y asesoramiento”.

Insiste en que es clave tener un plan de trabajo con los usuarios. “El riego por goteo con paneles solares es una idea interesante, pero si no se capacita, no servirá. El agricultor está en una zona alejada y si se le produce un problema en el panel y no se le enseña cómo manejarlo, le aseguro que va a quedar ahí. Si vamos a implementar esa tecnología, tenemos que tener un plan de trabajo con los agricultores para enseñarles qué hacer si se les echa a perder”, precisa.

Otro tema que como país se debe abordar, a su juicio, es la promoción y generación de expertos e investigadores en materia de “riego” en planteles de educación y centros de investigación. “Pongo el caso de las estaciones meteorológicas. Nosotros llevamos más de 15 años con uso de estaciones meteorológicas automáticas, y todavía su información no se usa en forma apropiada. Hoy se generan datos, pero no estamos generando información ni conocimiento. En Chile no debe haber más de 10 o 15 investigadores en el tema de riego”. Algunas recetas

Rodrigo Fuster, académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Chile, afirma que “plantearse un escenario de cambio climático como los pronosticados para Chile central nos obligan a aceptar que cada vez tendremos menos disponibilidad de agua. Para ello, existen tecnologías que ya se usan hace bastante tiempo como la tecnificación del riego, sin embargo no es suficiente si no se avanza en eficiencia hídrica, aplicando la cantidad de agua que la planta requiere, como optando por cultivos con menor demanda hídrica”.

Además, considera fundamental mejorar las medidas de gestión de las organizaciones de usuarios de aguas para optimizar la distribución de las aguas entre los regantes, desarrollar estrategias de adaptación a la sequía y promover la eficiencia en el uso extrapredial.

Opina que el mejor embalse es el agua almacenada en el suelo y, en ese sentido, en los períodos de mayor precipitación se debe tratar de favorecer el proceso de infiltración de manera de aumentar las reservas de agua tanto en las primeras capas de suelo como en el acuífero.

Más tranques y embalses

Guillermo Donoso, académico del Departamento de Economía Agraria de de Agronomía e Ingeniería Forestal de la Universidad Católica, destaca que en las cuencas pluviales del sur se requiere invertir en embalses y en muchos tranques (que se construyen más rápido por ser inversiones menores).

“Los tranques no están pensados para regular en forma interanual, sino para aprovechar las aguas lluvias que no se utilizarán. La modificación de la Ley de Riego del año pasado aumentó los topes de los proyectos, por tanto un productor privado, o un grupo de productores de usuarios para construirlos”, enfatiza.

En la zona centro y norte habría que pensar en obras mayores de acumulación, pensando en que ya no se acumula la misma nieve que antes. En el sur aconseja invertir obras de menor tamaño para acumular aguas lluvia y no para regular las variabilidades interanuales.

Julio Haberland, Presidente de la Asociación Chilena de Riego y Drenaje, opina que resolver temas de superávit hídricos para que cubra la mayor demanda en épocas de escasez requiere definitivamente políticas públicas e inversión privada de largo plazo, que aumente la capacidad de acumulación existente, haciendo una planificación de embalses con capacidad para cubrir la demanda de más de una temporada, complementados con embalses estacionales y de regulación corta.

“La medida de mayor impacto que permitirá darle sustentabilidad a la agricultura es el aumento en la capacidad de embalse disponible en el país. Considerando que los eventos de precipitaciones son cada vez menos frecuentes y más intensos, existe una mayor escorrentía, la que debe ser capturada no solamente en los embalses de media y alta cordillera, sino también en embalses en cotas inferiores, lagunas y áreas de infiltración para la recarga de acuíferos”, precisa Haberland.

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