20/04/2009
En el mundo se protege cerca del 12% de la corteza terrestre. Las reservas marinas, en cambio, apenas alcanzan el 1%. Datos que reflejan la falta de cuidado con respecto a los mares y océanos del planeta, pese a su vital importancia. Sus cambios no sólo afectan la flora y especies marinas, sino que repercuten en el clima y la temperatura del globo.
Actualmente una de las principales amenazas que afecta los mares es el aumento de acidificación de sus aguas. Así lo advierte Philippe Cousteau, nieto del buceador y explorador marino Jacques Cousteau, en un ciclo de siete documentales denominados Océanos y que se estrena el miércoles 22 de abril, con motivo del día de la Tierra, en el canal Animal Planet. En ellos el ambientalista y buceador mostrará las principales amenazas que deben enfrentar los mares del mundo. "Si bien es importante mostrar que hay cosas bellas en los océanos, también es clave demostrar que se encuentran en problemas y que están amenazad0s", indica Cousteau a La Tercera.
EL PELIGRO DE LA ACIDIFICACION
La acidificación de los océanos, declara Cousteau, es un tema sobre el cual la comunidad científica y de conservación comenzaron a discutir recientemente. De forma natural, los océanos absorben las emisiones de dióxido de carbono, sin embargo ahora se hallan sobrecargados. "Desde el comienzo de la revolución industrial, la mitad del CO2 que hemos puesto en la atmósfera ha sido absorbida por los océanos", aclara.
Las emisiones de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles, desencadena un progresivo aumento en sus niveles. Al ser absorbido por el océano, este gas se convierte en un ácido y a medida que las emisiones aumentan la concentración de ácido en el océano se hace mayor, generando el fenómeno que se conoce como acidificación oceánica, que afecta a numerosas especies.
"Los océanos se llenan de carbono y se están volviendo más ácidos. Este cambio es motivo de gran preocupación y creo que es uno de los problemas más grandes de los océanos que estamos enfrentando y todavía es en gran parte desconocido, incomprendido, inexplorado", declara Cousteau.
DAÑO ECOSISTEMA MARINO
La reacción del dióxido de carbono en las aguas oceánicas reduce la existencia de iones de carbono necesarios para la producción de carbonato de calcio, un elemento vital para la formación, por ejemplo, de esqueletos y conchas de organismos marinos. Esa modificación hace que las aguas oceánicas se vuelvan más vulnerables y que la vida de moluscos, corales, larvas y miles de organismos planctónicos -piezas clave en la generación de oxígeno- se vuelva inestable.
"Estamos entrando rápidamente una situación en la que muchas de las criaturas, como el krill, el plancton y los animales más pequeños, que tienen las pequeñas conchas que forman la base de las cadenas alimentarias, están desapareciendo", dice Cousteau.
Esa transformación, agrega, altera todo el equilibrio marino. Tanto los peces como las ballenas que se alimentan de las criaturas más pequeñas, además de las aves que tienen una dieta netamente marina, ven afectada su cadena alimentaria y sus posibilidades de supervivencia.
Las criaturas más mortales para los océanos es el hombre, dice Cousteau: "En las aguas existen animales venenosos o mortales como los tiburones, pero ninguno tiene un papel tan importante en su equilibrio el hombre".
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