Los residuos químicos en los laboratorios llevan casi siempre asociados, en mayor o menor grado, una serie de características de toxicidad o peligrosidad.
Por este motivo se debe de tener una atención especial a la hora de manipularlos, identificarlos y envasarlos una vez que sean empleados para su posterior eliminación, pues si esta identificación y envasado es incorrecta, puede constituir un riesgo adicional a los ya propios de la actividad en laboratorio.
Esta gestión de residuos químicos se encuentra regulada en la Directiva 91/689/CEE y en la Ley 20/1986 Básica de Residuos Tóxicos y Peligroso Peligrosos. Alguno de ellos tiene su propia legislación como sucede en el caso de los cancerígenos.
Gestionar adecuadamente estos residuos mejorará las condiciones de trabajo del personal de laboratorio, pero a su vez es fundamental en la aplicación de criterios de calidad y de gestión ambiental en el laboratorio, siendo a su vez una de las exigencias de las buenas prácticas de laboratorio (BPL).
Es muy importante la creación de una Bolsa de Subproductos, por motivos de seguridad y económicos, pues se minimizan las producciones de residuos, procurando en la medida de lo posible reutilizar o reciclar estos productos.
Dentro de estos residuos químicos se incluyen los siguientes:
- Productos usados o generados en el laboratorio.
- Reactivos caducados o no útiles.
- Patrones y disolventes.
Todos estos productos requieren una gestión diferenciada.
Fuente: "Aguamarket"
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