Todos los métodos de perforación provocan alteraciones en los acuíferos creando una zona de perturbación que en lo fundamental se caracteriza por tener una permeabilidad baja que, de no modificarse, provocará pérdidas de carga que se traducirán en último término en una menor eficiencia del pozo reduciendo considerablemente la cantidad de agua que se podría extraer normalmente del pozo. También reducirá su Gasto Específico, es decir, la cantidad de agua expresadas en litros por segundo por cada metro de depresión del nivel.
El desarrollo del pozo, una tarea difícil y ardua, tiene como finalidad restituir las condiciones naturales de los terrenos atravesados de forma tal que las pérdidas de carga solamente sean las que se provocan en el acuífero las que como tales son lo que son, es decir, inevitables y dependen de sus características hidrogeológicas.
Adicionalmente la faena de desarrollo tiene como objetivo un ordenamiento del material que se emplea como filtro de grava provocando una gradación de mayor a menor tamaño en la medida que nos alejamos del pozo, lo que se traduce en una mejoría de su porosidad efectiva y, consecuentemente, de su permeabilidad.
Finalmente el desarrollo tiene que lograr que se extraiga desde el acuífero y del filtro de grava, toda la arena y materiales más finos de forma tal que cuando el pozo entre en producción el agua salga exenta de partículas finas abrasivas que dañen la bomba, reacomoden el filtro de grava y permitan en consecuencia incrementar la vida útil del pozo.
Figura Nº 1
2. Definiciones
Aunque pudiere parecer una paradoja el término del desarrollo es un asunto de definiciones.
La definición corrientemente aplicada en Chile y contenida en numerosas “Especificaciones Técnicas” de construcción de pozos, copias todas de alguna que alguien escribió hace décadas, tiene su origen en la que se aplicaba a los pozos construidos por el método de percusión con cable. Según esta definición el desarrollo se considera completamente ejecutado cuando “los embanques por hora por cada metro desarrollado con pistón, son inferiores a 10 centímetros”.
Si el perforista constata que en la última hora de desarrollo el embanque fue menor que los 10 centímetros arbitrariamente fijados, desarrolla el metro siguiente y así sucesivamente.
La definición técnica moderna tiene su fundamento en el objetivo del desarrollo, es decir, en reconstituir las condiciones naturales del acuífero dañado por la peroración. En términos sencillos con el desarrollo se pretende que la Eficiencia Constructiva del pozo se acerque lo más posible al 100 %, es decir, el cuociente entre la Depresión Teórica (que depende del acuífero) y la Depresión Real (que depende además de la construcción), sea igual a 1.
Consecuentemente un desarrollo de pozo se considera completo cuando ningún esfuerzo adicional logra incrementar la eficiencia del pozo.
Que haya o no embanques de tal o cual magnitud no tiene que ver necesariamente con una correcta evaluación de la faena del desarrollo. De hecho, dependiendo del acuífero y del diseño del pozo, los embanques pueden ser cero desde el comienzo, lo cual no quiere decir que el pozo haya sido correctamente desarrollado.
Tampoco el hecho de que el agua salga cristalina y exenta de arena es necesariamente un indicador de que el pozo ha sido terminado bien.
3. Medidas a realizar
La única forma de establecer que el desarrollo se ha completado, es calculando la Eficiencia, además del ontenido de arena y la turbiedad. Si la eficiencia es baja, como suele ocurrir con muchos pozos, se debe continuar con el desarrollo hasta verificar fuera de toda duda de que ya no es posible incrementarla con trabajos adicionales.
La forma más sencilla y económica para medir la Eficiencia requiere los datos de la Prueba de Caudal Variable. Con el uso de las fórmulas apropiadas es sencillo determinar la Eficiencia para cada caudal y para el conjunto del pozo.
4. Mitos y Falacias
En esta especialidad, que se basa en muchas creencias que de tanto repetirse y pasarse de generación en generación, se han ido paulatinamente convirtiendo en verdades casi universalmente aceptadas, varias afirmaciones carecen de todo fundamento científico y son descartables completamente por la evidencia empírica.
4.1. Rotación Directa
Se argumenta que el empleo de las bentonitas requeridas por este método impide desarrollar correctamente los pozos. Esto es falso si la técnica de perforación, las bentonitas y los aditivos requeridos para disgregarlas, se aplican correctamente. En mi experiencia personal de supervisión de pozos hechos con este método habilitados incluso en acuíferos “sucios”, he medido eficiencias superiores al 95 %.
4.2. Rejillas
Se argumenta que los pozos habilitados con rejillas (de espira continua) son más eficientes que los pozos habilitados con, por ejemplo, ranurados, argumentando que la gran área abierta de las rejillas es una clara ventaja en este sentido. Esta argumentación ha sido refutada por diversos especialistas quienes, como este consultor, han concluido que se trata de un argumento de venta que no está respaldado ni técnica ni científicamente.
De los pozos que he supervisado en la última década los que registran menores eficiencias son precisamente los pozos habilitados con rejillas de espira continua, debido no a las rejillas, sino a que el desarrollo que se les debe aplicar, no es el apropiado.
De hecho en el portal del principal fabricante mundial de rejillas, la parte referida a literatura técnica, se encuentra “en revisión”, desde hace un tiempo imprecisable.
4.3. Método del pistón
Se recomienda y usa en forma generalizada desconociendo que no es lo mismo aplicarlo a pozos habilitados con ranurados (con un área de admisión del orden de 1 %) que a pozos habilitados con rejillas de espira continua (con área de admisión del orden del 30 % y más. El efecto del pistoneo en estos últimos pozos se disipa rápidamente no atravesando, en muchos casos, ni siquiera el filtro de grava.
4.4. Ranurados
Se dice que los pozos habilitados con ranurados son ineficientes por las altas velocidades de entrada del agua dada su reducida área de admisión que en general oscila en el entorno al 1 %.
Otros autores han comprobado lo mismo que este consultor, es decir, que aún con un bajo porcentaje de huecos, se logran pozos de alta eficiencia. Velocidades de entrada del agua a través de la rejilla o ranurado comprendidas entre 0.6 y 1.2 metros/segundo, no son un factor crítico de diseño.
Por lo demás, nadie ha dado argumentos científicos ni empíricos que justifiquen o expliquen la razón para que la entrada del agua al pozo a través del elemento filtrante deba ser inferior a 3 centímetros/seg. como lo sostiene la Johnson en su libro “El Agua Subterránea y Los Pozos”.
4.5 Rotopercusión
Este método ha sido objeto de variadas críticas porque produjo una profunda revolución en la industria del agua subterránea debido a lo rápida que suele ser la construcción de pozos usando este método. Puede ser que haya pozos construidos con rotopercusión que hayan quedado mal terminados, específicamente en acuíferos arenosos finos, pero los que me ha tocado supervisar personal y directamente, registran eficiencias superiores a los estándares internacionales.
No estoy en condiciones de emitir opinión fundamentada sobre otros aspectos involucrados.
5. Conclusiones
5.1. Cualquier m
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