La historia nos permite apoyarnos en las tecnologías utilizadas por los pueblos hace miles de años:
Los Egipcios descubrieron que al mantener el agua en recipientes de plata lograban prevenir su contaminación, los Griegos antiguos a su vez descubrieron los poderes sanitarios del cobre.
Los Colonizadores Americanos durante su migración hacia el oeste pusieron monedas de cobre y plata en los barriles de madera donde almacenaban su agua para mantenerla potable y segura; mientras sus carretas rodaban, los movimientos provocaban que las monedas descargaran iones dentro del agua.
Has notado alguna vez lo clara que es al agua en una fuente de los deseos?
Todas esas monedas que se arrojan “para dar buena suerte” son las únicas responsables de la claridad del agua. No hay cloro u otros desinfectantes en el agua. Estas monedas están produciendo iones de cobre y plata y están dejando el agua reluciente.
Ahora este mismo principio puede ser utilizado para el agua de su piscina, con la diferencia de que no tendrá que tirar monedas en ella.
Al aplicar una corriente eléctrica de muy bajo voltaje a unos electrodos colocados en el flujo del agua se produce una electrólisis. Este proceso libera iones de cobre y plata los cuales son toxinas naturales para las algas (cobre) y bacterias (plata). De este modo, la limpieza del agua se obtiene con la acción de minerales, sin ninguna de las incomodidades que conlleva el uso permanente de cloro. La tecnología permite mantener el agua totalmente cristalina, suave al tacto y con su olor y sabor totalmente naturales.
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