Hay que considerar que nos encontramos no sólo ante un producto nuevo, sino completamente innovador, que supone, más que una alternativa, una herramienta económica de gestión ambiental que permite la solución de un gran número de problemas, entre los que cabe destacar el económico y medioambiental que presenta la depuración total de las aguas residuales urbanas, e industriales, y la falta de recursos hídricos y justificación ambiental que padecen sectores tan pujantes como el turismo y la agricultura hidropónica.
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La Depuración simbiótica se distingue
por la existencia de dos zonas bien diferenciadas,
La zona de depuración y la zona de cultivo.
La zona de depuración está constituida
por un lecho de gravas, de unos 100 a 150 cm de
espesor, que se aísla del terreno mediante
la correspondiente base impermeable.
El agua residual se aplica por medio de una red
de goteros subterráneos, colocados directamente
sobre las gravas, para provocar su percolación
a través de las mismas.
Una vez alcanzada la base impermeable, el agua
residual, ya depurada, discurre, por gravedad,
hacia los puntos de vertido, almacenamiento o
bombeo, para su reutilización en otras
superficies.
En todo momento, el lecho permanece no saturado
de agua, es decir, en presencia de aire, para
que las aguas residuales se depuren en condiciones
aerobias. El aire se renueva continuamente, con
la entrada de agua a través de los goteros,
por efecto pistón, debido al vacío
que cada gota origina en el punto de aplicación
(a unos 30-60 cm de profundidad).
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La zona de cultivo se sitúa sobre la de depuración descrita y está formada por un substrato generalmente arenoso, de unos 30 a 50 cm de espesor, según la capacidad radicular del cultivo que se desee implantar, y de la permeabilidad del propio substrato.
La misión inicial que debía realizar, y que realiza, esta zona era la de proporcionar valor económico a los terrenos de la propia depuradora. No obstante, su contribución al rendimiento de la depuración natural del lecho es aún más importante ya que:
Evita la evaporación del agua aplicada y consigue que el sistema de depuración sea el más eficiente de todos los conocidos.
Impide la generación de algas, al no permitir el contacto de la luz con el agua sin depurar.
Protege a operarios de la depuradora y usuarios de la zona verde del contacto directo con las aguas residuales, garantizando la ausencia total de aerosoles.
Igualmente, este substrato es capaz de absorber, por capilaridad, una pequeña parte de la humedad generada por la zona inferior para cubrir las necesidades hídricas de los cultivos implantados.
Favorece el reparto homogéneo de las aguas aplicadas, al actuar como dispersante de las gotas, mejorando así la capacidad de depuración del lecho.
Por último y más importante, esta zona de cultivo, colocada sobre la "depuradora subterránea", provoca igualmente que el sistema de depuración sea en todo momento aerobio y, por ello, no presente ninguno de los problemas de fangos o malos olores característicos de la depuración anaerobia.
Si no estuviera esta zona de cultivo, no se renovaría el aire en el lecho, y la depuración no funcionaría correctamente.
Esta entrada de oxígeno permite al sistema adaptarse a cualquier tipo de agua residual, ya sea urbana o industrial, cuya carga sea orgánica. Sólo es preciso retirar los sólidos y fangos que decantan en las conducciones de saneamiento, y someter a dichas aguas a un proceso de filtración de 100 micras (normal para todo tipo de riego por goteo) antes de introducirlo en los goteros del sistema.
En función de la carga de entrada, la depuración simbiótica precisa más o menos fases, de tal forma que cada fase requiere 0,6 m2 por cada m3 a depurar:
·Un tratamiento terciario requiere una o dos fases.
·Una depuración de aguas residuales urbanas, incluido el tratamiento terciario requiere 4 fases.
·Una depuración de las aguas de la industria agro-alimentaria puede requerir entre 6 y 9 fases.
·Una depuración de purines del porcino, entre 11 y 14 fases.
Esquemas de la depuración simbiótica.
Descripción del proceso de fabricación..
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En el terreno, sobre el que se implantará
la depuradora simbiótica, se realizará
un ligero movimiento de tierras para establecer
los flujos, por gravedad, de las aguas tratadas
hacia las charcas o, directamente, hacia los puntos
de entrega. Esta operación puede realizarse
sin la necesidad de efectuar traslados de tierras
a vertedero, mediante el Modelo Quart, o realizando
la excavación completa del volumen que
ocupará el lecho (Modelo Green). |