Arauco Dispuesta a destinar us$ 45 millones a solución de Planta Valdivia.
Tras el cierre de su planta de celulosa en Valdivia, decretado por la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) el martes pasado, la solución de largo plazo que propone el grupo Arauco implica una vuelta al punto de partida.
Alberto Etchegaray, presidente de la empresa del grupo Angelini, explicó que antes del cierre se encontraban conversando con las autoridades ambientales la opción de construir un ducto que vierta los residuos líquidos de la planta al mar. Justamente la alternativa que fracasó hace ocho años, cuando pescadores de la caleta Mehuín, vecinos y ecologistas se opusieron a la idea.
"La empresa está dispuesta a construir un emisario de 45 kilómetros y llegar al mar", aseguró, lo que implica invertir cerca de US$ 45 millones.
La autoridad ambiental decretó el cierre de Valdivia -el mayor complejo industrial no cuprero del país- por producir más que lo autorizado en el Estudio de Impacto Ambiental (EIA), verter líquidos al río Cruces a temperaturas mayores que las aprobadas y utilizar agua de pozos no permitidos para enfriarlos. Días antes había paralizado la construcción del complejo Itata, de la misma empresa, también por tener una capacidad mayor a la aprobada en su EIA.
Aunque ha dicho que el cierre es una medida desproporcionada, el presidente de Arauco explicó que la Corema regional tiene en su poder una minuta en que la empresa se compromete a implementar todos los puntos que solicita la resolución.
Y si bien reconoció que la empresa cometió errores en temas ambientales, indicó que ello no implicará cambios en la administración. De hecho, el gerente general, Alejandro Pérez, presentó su renuncia y el directorio la rechazó.
Lo que viene
"Estamos aceptando limitar nuestra producción a 550 mil toneladas anuales", dijo. Para llegar a las 685 mil toneladas, ingresarán un EIA complementario.
En el caso de los pozos, la firma solicitará permiso para utilizarlos y, si no fuera posible, traerán un equipo refrigerante que garantice que el agua que sale de la planta no supere los 30°. Sin embargo, Etchegaray sostuvo que "es necesario enfrentar en forma decidida el tema de los efluentes que salen de la planta al río. Porque si lo que va a dejar a todo el mundo más tranquilo es salir al mar, es mejor intentarlo ya". Indicó que el gobierno regional es el encargado de buscar "la manera de salvar los inconvenientes que hace ocho años parecieron importantes", porque hoy "son muchísimo más importantes el humedal y los cisnes, que -a lo mejor- el problema que pueda presentársele a una caleta".
"El Estado va a tener que jugar un rol más fuerte", afirmó. Y agregó que no es necesario que en el caso de Valdivia el ducto desagüe en Mehuín, sino en alguna otra zona.
El ingeniero, que asumió a principios de mes la presidencia del grupo Arauco, explicó que a la empresa le conviene la salida al mar, porque la construcción del ducto se realiza una vez y permite eliminar el agua que se usa en el proceso de fabricación de la celulosa con tratamiento secundario y no terciario, que fue lo que la autoridad ambiental de la época le pidió a la compañía como exigencia para desaguar al río Cruces y evitar así el enfrentamiento con la gente de Mehuín. "El tratamiento terciario es más caro y hay que pagarlo cada año, mientras la planta exista", agregó.
Estimó que la aprobación del nuevo EIA para aumentar la capacidad de Valdivia puede demorar seis meses, "porque hay buena voluntad de todas las partes. Pero el emisario depende de lo que demore el gobierno en decir 'por esta caleta va'".
Para Etchegaray el caso de Itata es más simple, porque presentarán un nuevo EIA, "pero creo que al final, cuando Itata quiera operar a la máxima producción, también va a tener que salir al mar".
"La Tercera"
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